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La adicción a los videojuegos es algo que se ve cada día con más frecuencia, sobre todo en niños y adolescentes. Y ahora con la contingencia sanitaria, se ha convertido en una actividad de ocio muy extendida, no solo en gente joven, sino también en adultos. Incluso para ciertos padres, el que sus hijos estén todo el tiempo con la consola es tranquilizador, ya que piensan que de esa forma no están metidos en problemas de drogas u otras adicciones… Sin darse cuenta de que su hijo -o incluso su pareja- es un adicto a los videojuegos y que esto también ocasiona graves problemas, como veremos a continuación.
¿Es malo ser adicto a los videojuegos?
Para empezar, hablamos de una adicción a los videojuegos cuando la persona tiene una necesidad imperiosa e incontrolable de jugar compulsivamente. Esto provoca que lo haga durante muchas horas, y al igual que con otras adicciones, es difícil que reconozca esta adicción. Es una situación que no solo afecta a la calidad de vida de quien lo padece, sino también a quienes lo rodean. Por lo general afecta más a hombres que a mujeres, y suelen ser adolescentes.
Aunque los videojuegos llevan décadas existiendo, no habían alcanzado la magnitud en la que se encuentran hoy en día. Y esto se debe no solo a la tecnología aplicada en los juegos de vídeo, sino que el ámbito gamer tiene ya millones de adeptos que siguen a jugadores profesionales en campeonatos especializados, tanto a través de la pantalla como en eventos presenciales. Muchos chicos sueñan incluso con dedicarse de forma profesional a ser gamers (quienes además de fama, tienen muy buenos ingresos), por lo que así justifican su adicción a los videojuegos.
¿Cómo actúa un adicto a los videojuegos?
Se trata de una adicción comportamental, similar a la adicción a las compras, la adicción al sexo, o la adicción a los juegos de azar. Es verdad que se trata de una adicción que causa menos daño que la adicción a las drogas, pero sí que afecta en gran medida a la salud mental de quien la padece. De hecho, el adicto a los videojuegos se ve a sí mismo como un gamer que no hace daño a nadie. Sin embargo, se conocen casos extremos como aquellos adictos a los videojuegos que dejaron morir de hambre a su bebé o han llegado a herir a sus familiares en momentos de discusión.
Aunque no se llegue a ese punto trágico, un adicto a los videojuegos no duerme y deja de hacer otras actividades con tal de no dejar de jugar. Esto puede derivar en depresión, ansiedad e incluso en consumir drogas o hasta la esquizofrenia. Una forma de detectar a una persona adicta a los videojuegos es que se aísla socialmente, tiene mal rendimiento escolar y/o pierde la noción del tiempo. También pueden presentar afecciones físicas (problemas articulares u óseos), o de comportamiento, como episodios de ira causados por su frustración con el videojuego.
¿Hay tratamiento para los adictos a los videojuegos?
Como mencionamos antes, la aceptación de ser adicto a los videojuegos no es común. Sin embargo, la atenta mirada de quienes lo rodean es fundamental. Existen pruebas médicas y test para la detección de este tipo de adicción. Hay que poner atención a si la persona pasa más de cuatro horas al día jugando, no hace otras actividades y/o presenta los signos físicos anteriormente descritos.
Además, tienden a ser personas con baja tolerancia a la frustración y se les dificulta gestionar sus sentimientos. Suelen presentar un sentimiento de superioridad y se aferran a la retroalimentación que ofrece cada nuevo nivel al que ascienden en el juego. No es raro que tengan problemas escolares y laborales o en el hogar, y por eso se aferren a la fantasía que les brinda ese mundo. Pero hay una solución para la adicción a los videojuegos: No-A es un centro para el tratamiento de adicciones en Valencia. Contamos con personal cualificado y ofrecemos distintas terapias totalmente adaptadas a las necesidades de cada paciente. Contáctanos mediante nuestra web o por teléfono: 961 95 61 82.