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Muchas veces hemos escuchado sobre los daños que ocasionan las drogas a nivel social, familiar, económico, pero también a nivel fisiológico. En este último caso, uno de los órganos más afectado es el cerebro, de apenas poco más de un kilogramo, pero de elevada complejidad. Se encarga de regular las funciones básicas del organismo y gracias a él interpretamos al mundo, pensamos, sentimos y nos comportamos de cierta forma. Esto diciéndolo de manera demasiado simplista, porque cada parte del cerebro tiene una función especial. A continuación veremos las zonas del cerebro que afectan las drogas y qué efectos tienen en ellas.
Cómo funciona el cerebro y partes que lo conforman
El cerebro consta de miles de millones de neuronas, las cuales forman redes de transmisión de mensajes en cada zona. Gracias a esta compleja estructura podemos pensar, sentir y hacer diferentes tareas, desde simples hasta difíciles. En cuanto a sus partes, tenemos el tronco encefálico, encargado de regular las funciones básicas (respiración, sueño, frecuencia cardíaca).
Está el sistema límbico, en donde se encuentra la zona de gratificación y que conecta con estructuras que regulan la capacidad de sentir placer. La corteza cerebral se divide en zonas que controlan ciertas funciones. Por ejemplo, la corteza frontal es el centro del pensamiento. Los neurotransmisores son sustancias químicas encargadas de llevar mensajes de neurona a neurona. Mientras que los receptores son los destinatarios específicos.
¿Qué ocurre en las zonas del cerebro que afectan las drogas?
La presencia de drogas en el organismo activa el sistema límbico, que además nos permite sentir emociones positivas y negativas, lo que explica por qué las drogas alteran el estado de ánimo. Además, inundan el sistema con dopamina, un neurotransmisor que tiene que ver con zonas del cerebro que regulan desde el movimiento hasta las emociones y el placer. Al haber una sobreestimulación, ocurre la euforia y con ello, el deseo de repetir esta sensación.
En el caso del cannabis y de la heroína, pueden activar a las neuronas al imitar a un neurotransmisor, pero la transmisión del mensaje es totalmente anormal. En el caso de las anfetaminas o la cocaína, pueden hacer que haya una enorme liberación de neurotransmisores naturales o amplificar ciertas señales. El cerebro tratará de repetir aquellas actividades que asocie con placer o gratificación, y si ha sido activado este sistema con las drogas, buscará hacerlo una y otra vez. Sobre todo porque libera el doble o diez veces más de dopamina.
Adicción a las drogas: ¿qué hacer?
El problema con la adicción a las drogas, es que el cerebro va a ajustarse a esa cantidad ingente de dopamina y otros neurotransmisores al producir menos dopamina. Como resultado, el circuito de gratificación se limita y comienza a sentir cada vez menos placer, por lo que requerirá de un mayor consumo de drogas. Con el tiempo, habrá cambios en las neuronas y habrá un deterioro cognitivo. La repetición continua en busca de la euforia, cada vez más difícil de lograr, crea la adicción e incapacidad para la toma de decisiones
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